Del 1 al 9 de noviembre, una delegación compuesta por 13 personas, baserritarras, miembros de organizaciones sociales e instituciones públicas vascas han llevado a cabo una labor de monitoreo y recogida de información de las continuas violaciones de derechos humanos que sufre la población campesina y pesquera Palestina, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza a manos de las fuerzas de ocupación israelís. 

Gracias al apoyo de la UAWC (Union of Agricultural Work Comittes), quienes han acompañado a la delegación durante su estancia en Palestina, se pudo llevar a cabo una agenda de reuniones y contactos que nos ha permitido compartir testimonios de campesinos/as de Cisjordania, comités de pescadores de la Franja de Gaza, así como encuentros con organizaciones sociales tales como la Union Palestinian Womens Comitte, Alternative Information Center, y organizaciones especializadas en DDHH como Al-Haq, y PCHR. 

Toda la información recabada durante estos días servirá para iniciar un proceso de redacción de un informe de monitoreo de los derechos campesinos que apoyará al proceso de negociación y adopción de la Declaración de Derechos campesinos, trabajadores rurales, y pescadores, actualmente a debate en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra. 

La respuesta

La UAWC solicitó la presencia de esta Delegación para que constataran cómo Israel de forma sistemática viola los derechos humanos del pueblo campesino al expulsarlos de sus parcelas, al acaparar la tierra, al impedirles el acceso al agua, ya que cualquier permiso para sacar agua debe pedirse a los israelíes aunque se esté bajo la autoridad palestina. 

Otro ejemplo de las violaciones de Israel es el muro de 800 kilómetros que ha provocado la separación de las familias de sus tierras donde producen. Nunca se sabe en qué momento Israel cerrara las entradas y salidas, en consecuencia pierden el tiempo de sembrar, de recolectar, “porque no está abierto el acceso”, denuncia la UAWC.

En su estrategia de aniquilar al pueblo palestino y en especial en quebrar el espíritu del campesinado, Israel se ensaña especialmente con los olivos. ¿Por qué? De toda la vida, el mayor símbolo de la libertad Palestina es el olivo. Simboliza su resistencia, la libertad. De ahí que no extraña que con la construcción del muro, desde 2002 hasta la fecha, Israel haya talado más de un millón de olivos.

“Muchas veces son olivos milenarios que han estado en la parcela de la familia de generación en generación. Por tanto, si lo talan significa mucho dolor”, explica Eneko Gerrikabeitia, coordinador de Mundubat y parte de la Delegación que viajó a Palestina. 

Ataques indiscriminados

Después de la última operación militar de Israel en Gaza, las pérdidas en la agricultura son de aproximadamente 400 millones, ya que las parcelas, los viveros, los sistemas de riego, etc, fueron arrasados por los bombardeos. Toda esta destrucción fue constatada por la Delegación del País Vasco.  

También se les informó de los ataques que sufren los agricultores en la zona de amortiguamiento que ha declarado Israel en los alrededores del muro, porque, según sus medidas de seguridad, esa área tiene que ser visible para evitar cualquier ataque y en consecuencia, estar libre y no dejan que cultiven en ella. De esta forma, les quitan otro trozo de tierra de las parcelas que antes las dedicaban a producir. 

Otro grupo que ha salido muy afectado por el muro es la población beduina, la cual toda la vida se ha dedicado al pastoreo de cabras y ovejas. Sin embargo, actualmente, el muro y las carreteras que van a los asentamiento israelís los condenan a reductos muy pequeños. 

En las próximas semanas, la Delegación terminará su informe sobre las violaciones de Israel a la población campesina en Palestina. Con esta acción, la resistencia se fortalece y crece la esperanza de que un día vuelvan a vivir en libertad y sin la amenaza de que sus amados olivos los tale el ocupante, el invasor.