La votación se llevó a cabo, en Ginebra, en el XXVI periodo de sesiones del Consejo, del 23 de junio al 27 del mismo mes. Entre los temas estaba decidir si la Declaración de Derechos Humanos Campesinos seguía su curso o no. En este sentido, la Comisión de Vía Campesina ha trabajado mucho en este tiempo y de manera muy intensa en los últimos meses, asimismo, las organizaciones aliadas como Mundubat, presentes en el proceso, apoyaron de diversas formas. 

Mundubat participó en el Encuentro de Septiembre de 2013 en Cádiz, España; en el Encuentro de Ginebra de Marzo de 2014 y en la reunión que se mantuvo hace apenas 15 días en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid, junto a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). 

La votación ha sido muy importante para la continuidad del proceso: 29 países votaron favorablemente, 5 en contra (EE.UU, Reino Unido y otros tres) y 15 se abstuvieron. Esta abstención hay que verla de manera positiva. Se trata fundamentalmente de los países europeos que si bien al inicio del proceso tenían muchas reticencias y las han expresado en todas la reuniones, poco a poco han ido flexibilizando su postura. 

Luz verde

Por tanto, la abstención significa quedaban luz verde para que el proceso continuara y no se cortara en este momento. Además, en la pasada votación, el número de votos favorables solo fue de 20 y los votos en contra muchos más. La Vía Campesina agradece el apoyo constante de Mundubat , “por la cercanía y la facilidad con la que han respondido a las necesidades concretas y por la confianza puesta en el movimiento campesino”, expresaron. 

A partir de este momento, la próxima cita importante en este camino es en noviembre cuando se vuelve a reunir el Grupo Intergubernamental. 

El contexto actual ayuda bastante para encontrar puntos de coincidencia con las máximas autoridades de las Naciones Unidas, ya que se subraya la necesidad imperativa de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio a más tardar en 2015 para contribuir a que el derecho al desarrollo sea una realidad para todos y todas. 

También está la resolución 66/222 de la Asamblea General, en la que proclamó 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar. 

Las cifras se unen a los discursos y fortalecen los argumentos, ya que el hambre, al igual que la pobreza, sigue siendo ante todo un problema rural. Nadie puede negar que el 80% de las personas que padecen hambre viven en zonas rurales y son especialmente de países en desarrollo; que el 50% son pequeños propietarios y agricultores tradicionales, así como cultivadores que practican una agricultura de subsistencia, y que estas personas son vulnerables a la inseguridad alimentaria, la discriminación y la explotación.

 De ahí la importancia de que la Declaración de Derechos Humanos Campesinos sea una realidad, y que sea aceptada por todos los Estados miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas.