Maite Hermana, la coordinadora del Equipo de Salud de Mundubat, nos explica en esta entrevista como desde hace ocho años tuvieron que pasar a la primera línea en la atención médica. Su sueño es ver un día que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tiene su propio sistema sanitario autónomo.
¿Por qué son tan importantes estos envíos de materiales médicos a los campamentos?
Porque su situación es deficitaria. El suministro básico de medicamentos, hecho por Médico Internacional, desgraciadamente no cubre todas sus necesidades, y además suministramos material de trabajo (fonendoscopios, etc.) y de cuidados (vendas, apósitos, etc.).
Los envíos son importantes, pero se quedan cortos. Hay un déficit. En la wilaya de Auserd, donde desarrollamos el Proyecto de Salud de Mundubat, tenemos conocimiento de las necesidades reales.
¿Cuánto es el déficit?
Depende de la época. En general, se necesitan corticoides, analgésicos, antiinflamatorios, broncodilatadores, sales de rehidratación y todos los preparados pediátricos. El material de curas es muy poco, como las suturas, vendas.
Por ejemplo, la población saharaui requiere bastantes colirios para los ojos, ya que existen muchas lesiones debido a la arena. Sus campamentos de refugiados están en el desierto, donde las tormentas de arena, llamadas sirocos, abundan.
También están algunos pacientes diagnosticados en España que necesitan medicamentos específicos. Tenemos el caso de una niña que debe estar siempre tomando vitamina E, sino tiene problemas neurológicos. Por ejemplo, dificultades al andar. En estos días, revisando nuestros expedientes, nos dimos cuenta que en septiembre próximo se le acababa la vitamina E, así que mañana (viernes 4 de julio) le mandamos la medicina con una familia saharaui que va para los campamentos.
¿Cada cuánto se realizan los envíos?
Siempre que hay un viaje del equipo se llevan material y fármacos, y de vez en cuando se hacen envíos, atendiendo a necesidades urgentes que no coinciden con viajes, o bien se produce una donación extraordinaria que es difícil transportar personalmente.
En estos momentos, por la falta de dinero, aprovechamos los viajes de la gente saharaui a los campamentos de refugiados en Tinduf. Antes, por contenedor, se mandaba el material (apósitos, instrumental de pequeña cirugía, aparatos de glucemia, entre otros) y la medicación.
¿Cómo se consiguen las medicinas, el material médico?
Tenemos donaciones, en general, en pequeña escala pero de múltiples fuentes, y en otras empleamos parte de nuestro fondo en su adquisición, fundamentalmente en el apartado de material.
Si es necesario, compramos en farmacias, pero nosotros, el Equipo de Salud de Mundubat, poseemos un fondo de socios que específicamente dicen que su aporte vaya al Equipo de Salud. Luego están los amigos que hacen aportaciones.
Y se dan situaciones, como la del año pasado, cuando el Ayuntamiento de San Sebastián aportó 9 mil 500 euros, de un proyecto de apoyo a la RASD. Sin embargo, lo fundamental es lo de los socios. La mayor parte de donaciones son de médicos, clínicas, que ante nuestras solicitudes responden.
¿Sin esta red de apoyos sería más difícil el trabajo del Equipo de Salud?
El Equipo de Salud lo conforman 45 médicos generales, pediatras y enfermeras, además del apoyo de un radiólogo y un especialista en mantenimiento. Del grupo, unos 30 son los más activos. Casi todos se encuentran en Osakidetza, el Servicio vasco de salud, y otros en clínicas importantes.
¿Cuántos viajes organizan al año?
Entre 5 y 6 al año, sin fechas fijas. En cada viaje, lo ideal, sería que fueran cuatro miembros del Equipo de Salud. Es decir, un médico de familia, un pediatra y dos enfermeras. La estadía dura 15 días. Las jornadas de atención son intensas.
El trabajo se organiza con el director del Hospital de Auserd y el personal sanitario que se encuentra en los seis dispensarios o consultorios (uno en cada Daira en que se divide la Wilaya de Auserd).
Con el plan de trabajo lo que hacemos es que por lo menos un día esté el médico de familia, el pediatra y las enfermeras en cada Daira. Pero fundamentalmente se atiende en la consulta del Hospital de Auserd. Nos ayuda mucho el tener un registro de los pacientes con patologías que exigen un seguimiento, ya que cada equipo médico que va lo actualiza y lo pasa al siguiente grupo de galenos que irá a atender a la población saharaui.

¿De qué forma se entera la gente de su llegada?
Además de avisar de nuestro viaje al coordinador sanitario saharaui en terreno, “Radio Macuto” funciona fenomenal. Se corre la voz. Desde 1997, cuando inició el proyecto de Salud, nosotros no íbamos a sustituir a los médicos saharauis. Nosotros siempre en segundo plano. Pero esto cambió hace aproximadamente ocho años ante la falta de médicos saharauis, y entonces pasamos a un primer plano.
¿Cómo es la salud del pueblo saharaui?
Es gente muy resistente. Cualquiera de nosotros, en esas condiciones que viven, tendríamos dolencias muy severas. Una saharaui que colabora con el último envío, me acaba de contar que su abuelita a muerto a los 103 años.
Hay patologías predominantes en la población adulta: hipertensión y diabetes. Luego artrosis en las mujeres que se mueven muy poco, sobre todo al tener una hija que le haga el trabajo doméstico. La niñez es la población más vulnerable por la malnutrición que los hace menos resistentes. Y es un hecho que la población, en general, tiene anemia por la falta de hierro.
¿Cuándo serán los próximos envíos?
Entre septiembre y diciembre próximos, se prevee unos tres envíos. El último era caro, porque llevaba material para suturas, hilos que cuestan más que la medicación, apósitos....
¿Y viajes del personal médico?
Para septiembre, va un grupo médico y en octubre otro. Este año, hay dos viajes organizados por el Ayuntamiento de Leganés, en Madrid, también para Auserd. Estamos en coordinación con ellos para que haya la mayor presencia continua posible.
¿Quién paga el boleto de avión y los gastos de estadía?
El viaje se paga con el fondo, aportado en su mayor parte por el propio equipo. El propio personal sanitario que viaja cubre la estancia.

Si estuviera en sus manos o tuviera el dinero para hacerlo: ¿qué mandaría en el próximo envío a los campamentos de refugiados?

En estos momentos, un nuevo aparato de Rx, un sistema de informatización de la Farmacia que permitiera asegurar un suministro continuo... y médicos y enfermeros que pudieran trabajar allí periodos más largos de tiempo de los que nosotros podemos permitirnos....

Pero fundamentalmente les enviaría, y no es cuestión de dinero, la "fórmula" para lograr al fin volver a su tierra constituidos en Estado y poder organizar así también su sistema sanitario de forma autónoma.